sábado, 26 de septiembre de 2009

Llegó el día.

Hoy es 23 de septiembre, corre el año 2.009. Es una época de mucho calor en todo el territorio nacional. Son las 5:30 am. Patricio acaba de salir de la casa rumbo al aeropuerto con destino a Caracas por motivos de trabajo. Regresará con el favor de Dios a eso de las 10:00pm. Hoy lo extrañaré más que siempre y ya explicaré porqué.

Al día de hoy lo convierte especial el hecho de que mi hijo Augusto empezará el colegio. Este será su primer día. Emulsión de Scott diario desde hace 15 días para que no se enferme, esto es un jarabe a base de aceite de bacalao para que sus defensas estén como guerreros medievales. Útiles escolares entregados hace un par de días en el colegio. Maletica identificada, uniforme limpio y planchado. Pareciera que toda la preparación está lista, pero no así la mamá. Mucho miedo. Al parecer demasiado.

Quisiera poder explicarle a las maestras en segundos (sin que olviden el mínimo detalle) absolutamente todo lo que conozco de mi hijo, cada detalle, con minúscula precisión. Poder decirles que cuando se molesta arquea su cuerpecito y se tira con todas sus fuerzas hacia atrás y que tengan mucho cuidado de que no se golpee. De que no le den dulces o galletas porque no le caen bien a su barriguita, aunque de seguro si ve a alguien comiendo va a querer y va a decir “ma” ,”ma” forma que tiene de expresar que desea algo. Que es muy explorador y curioso y que por eso deben tener mucho cuidado y tenerle siempre un ojo cerca. O decirles que hasta ahora no pide agua o tete con lenguaje hablado sino corporal. Cuando siente necesidad de estas dos cosas o hambre, simplemente se acerca a la cocina y tiene plenamente identificado el lugar donde se colocan sus teteros y agua y donde van las ollas. Además quisiera decirles que no me lo dejen llorar. Que me llamen para recogerlo inmediatamente si pasan más de 5 minutos y aun llora porque no nos ve a su papá o a mí.

Para este proceso de adaptación el colegio sugiere que los niños solo se queden por un periodo de 1 hora, pero yo, como muchas mamas que conozco pienso quedarme afuera del colegio esperando sentada en el carro.

Hoy extrañaré más que nunca a Pato, sus palabras y su compañía que siempre me reconfortan.

1 comentario:

Dalia dijo...

que cosas! lo que mas me impresiona es que cada dia los niños van mas pequeños a la escuela. Entiendo los beneficios del asunto... pero uno no deja de preguntarse como afecta el hecho de que los recuerdos de chiquitico que uno tiene en gran parte seran sustituidos para los niños de hoy por recuerdos escolares.